¨CONSIGUE TUS SUEÑOS. O NO”
Absalón
Artigas tenía 17 años cuando acudió a mi consulta acompañado por sus padres que
mostraban un contenido estado de desesperación.
Quisieron
que él estuviera presente mientras desgranaban un repertorio completo de inadaptación,
rebeldía e insumisión que les resultaba absolutamente insoportable y estaban
dispuestos a tomar decisiones más drásticas, si esta última bala ( me di por
aludido en mi papel de proyectil) no daba los resultados deseados que para
ellos no eran otros que comprometerse con los estudios, observar las normas de
convivencia que imperaban en la familia e incorporar el respeto y la educación
como elementos básicos de comunicación.
Absalón
escuchó impertérrito durante 45 minutos la catarsis paterna promovida por los
problemas conductuales que parecía mostrar en el seno familiar. Era obvio que
Absalón estaba allí porque no tenía otra opción.
Le
propuse que nos viéramos, ya sin la presencia de sus padres, la semana
siguiente.
En
el día y hora fijados Absalón apareció puntual, sonriente, vestido con las
marcas del momento. Cuando la pregunte el motivo por el que estaba allí me respondió
que porque sus padres le obligaban. Me gusta la sinceridad de los adolescentes.
Indagué sobre si consideraba que hubiera algún problema en las relaciones con
sus padres. Me dijo que sí. Y si él entendía que pudiera tener alguna
responsabilidad en esa conflictiva relación. La respuesta a esto fue afirmativa
pero no contundente. Me pareció suficiente para hacerle saber la importancia de
que acudiera libremente a terapia. De no ser así, yo no estaba dispuesto a
hacerle el juego ante sus padres.
El
proceso duro algo más de un año y resultó intenso, fructífero y transformador. También
para mí.
No
sé si Absalón cumple ahora todas las normas y pautas familiares y si en
ocasiones expresa de forma iracunda los enfados generados en la convivencia con
sus padres, pero sí parece mucho más consciente de su mundo emocional, de su
realidad y la de sus cercanos, toma decisiones y es capaz de asumir sus
consecuencias, en último término ha adquirido un mayor conocimiento de sí mismo
aprendiendo a aceptarse y a reconocer sus fortalezas para superarse y crecer.
Todo
esto viene a cuento para reflexionar sobre algo que desde hace algún tiempo
viene mostrándose en los manidos manuales de auto-ayuda y se recoge con enorme
eco en las redes sociales donde se difunden teorías y modelos avalados por
arribistas y “expertos” que utilizando de manera espuria disciplinas como el
coaching y/o la psicología positiva lanzan soflamas del tipo: “Consigue tus
sueños”, “Alcanza la felicidad”, “No desperdicies más tu vida, disfruta en plenitud”
…….
La
ignorancia y la osadía no suelen tener límites. Y dada la necesidad, en
ocasiones insoportable, de sentirnos exitosos, triunfadores, especiales,
acudimos a la llamada que el gurú de turno nos propone para redimirnos de
nuestras miserias.
Al
poco tiempo de estar trabajando con Absalón, le pregunte sobre qué le gustaría
hacer/dedicarse en el futuro. Me respondió sin muchas dudas: - Notario. Le
dije: -Qué sabes de esa profesión y qué te atrae de ella?
-Un
amigo de mi padre es notario, tiene un Porsche, va a esquiar a Los Alpes todas
las navidades y conoce casi la mitad de los países del mundo.
Absalón
había repetido dos cursos y le costaba aprobar el recreo. Pero de su realidad huía
con facilidad y se movía fundamentalmente por el principio de placer. La
distancia entre su realidad y su sueño tendía al infinito. No percibía la
necesidad del esfuerzo para pasar de su aquí-ahora a su sueño dorado. Su mente
aceptaba la posibilidad mágica de chascar los dedos y convertirse en
notario-esquiador-viajero en Porsche.
No
podemos alimentar sueños desconectados de nuestro ser real. Soñamos aquí y
ahora. Si desconocemos ese aquí y ahora no podremos construir sueños
alcanzables. Nos pondremos como Absalón en manos de la magia. Solo cuando
afrontamos nuestra realidad estaremos en condiciones de aceptarla y cambiarla y
entonces tendremos las riendas sobre nuestros sueños convirtiéndolos en
objetivos alcanzables, realistas, medibles, temporales, ilusionantes (Smart)
que nos permitirán avanzar, desarrollarnos y sentirnos satisfechos y
orgullosos.
Flaco
favor les haremos a los Absalones de turno si simplemente les animamos a ser
notarios sin antes hacerles ver de dónde parten y cuál es el camino que tienen
que recorrer para ello. Sólo conseguiremos personas frustradas e insatisfechas
que se percibirán como bichos raros porque van a ser los únicos que no han
podido alcanzar sus sueños. No sé si Absalón va a ser notario pero
probablemente se podrá sentir bien
consigo mismo siendo lo que haya decidido ser.
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